sábado, 13 de junio de 2015

TRATANDO DE OLVIDAR

En el aprendizaje de idiomas usualmente uno se enfrenta a la frustracion de olvidar palabras que uno quisiera mantener en la memoria, convertir lo que voluntariamente nos supone un esfuerzo en algo automático, algo que ses tan fácil como recordar nuestro nombre. ¿como hacerlo? Hablando sobre ello podríamos hacer algunas comparaciones que podrían sernos de utilidad.
Pensemos en alguien a quien consideremos nuestro mejor amigo/a, es difícil olvidar a esa persona, realmente dificil. ¿por que? Pues bien, seguramente hay incontables recuerdos que nos unen a esa persona, cada uno de esos detalles giran alrededor de un individuo, no solo ello, detalles de la persona la caracterizan: su voz, estatura, personalidad, etc. Es de nuestro interés considerar que  un individuo de nuestro afecto nos trae a la mente infinidad de detalles, detalles que nos unen a ellos, detalles que refuerzan su recuerdo, cosas que definitivamente causaron un gran impacto tanto en nuestra mente como en nuestro corazon, detalles por los/as que valoramos y que pese a la distancia quedaran siempre guardados en nuestro interior. Podríamos decir que ocurre lo mismo con las palabras, son como individuos, los cuales conocemos un día, los olvidamos facilmente si nada importante nos une a ellos, los olvidamos si no los volvemos a ver, los sacamos de nuestra mente, aparentemente, pues en un próximo encuentro advertimos que nos resulta familiar tal persona. El punto a destacar de este ejemplo es que hay diversos factores que inciden en que recordemos una palabra, uno de ellos es la frecuencia con que la vemos, los lazos que nos unen a la palabra, es decir el sonido, la escritura, su significado, una imagen, un color, cosas que nos sirvan de rutas, pistas para llegar a la palabra. Pero no solo la frecuencia puede afectar el recuerdo de la misma, también las emociones, los sentimientos pueden afectar el recuerdo, del mismo modo en que recordariamos a alguien por el efecto emocional/afectivo que haya dejado en nosotros, mientras mas profunda la emoción mas grande el recuerdo, entonces del mismo modo las palabras pueden ser recordadas según el impacto que causen en nosotros, y ahi las emociones juegan un papel importante, pongase como ejemplo el hecho de que se evidencia en estudiantes de idiomas que algunas malas palabras extranjeras sean aprendidas sin mucha dificultad, aun cuando no se la hubiese aprendido voluntariamente. Entonces podemos decir que en la medida que asociemos emociones a las palabras/oraciones que aprendamos, la profundidad de nuestro recuerdo de ellas se verán afectadas en la proporción de la intensidad de esa emoción.
Olvidar a alguien que causo gran impresión en nuestra vida es imposible, siempre quedara en la memoria su recuerdo, no obstante si puede perderse el sentimiento que se sentía hacia esa persona, factores como el tiempo y la distancia podrían debilitar lentamente el intenso afecto que solía existir sin que ello involucre el olvido completo del individuo en cuestión, pero existe un olvido relativo en el sentido de que ya no pensamos en esa persona tan amenudo o simplemente ya no pensamos mas en el individuo en cuestión. Podríamos aplicar el mismo ejemplo a las palabras, sin la practica (tiempo/distancia) podríamos ir olvidando relativamente su significado, su sonido, incluso su existencia. Como ejemplo citar que algunas personas desconocen un idioma que en el pasado solían hablar con fluidez después de décadas de no haber utilizado el idioma. Las rutas neuronales que eran frecuentemente transitadas en el pasado se debilitaron al punto de ser aparentemente inexistentes aun cuando el elemento no se haya olvidado por completo.
 Las palabras son como amigos/as que no queremos perder u olvidar relativamente. Dependerán en buena medida de nosotros cuan familiar se vuelvan, cuantas asociaciones formemos alrededor de ellas, cuanta emoción les asignemos, cuan seguido las utilicemos.